Las direcciones IP son la suerte de números telefónicos que los dispositivos conectados a la Internet usan para ubicarse y comunicarse unos con otros. Hoy corre bajo el titular IPcalipsis la voz de que IANA, el organismo encargado de administrar las mas de cuatro mil millones de direcciones IP, acaba se asignar el último bloque que tenía disponible y que, por tanto, se acabaron las direcciones de Internet.
No es tan sencillo. Para comenzar, desde hace años se viene trabajando en reemplazar el sistema de direcciones actual (IPv4) por uno (IPv6)
con tantas direcciones como estrellas hay en una galaxia, en un proceso
que recuerda el paso de los números de teléfono de cinco, a seis, a
siete, hasta el actual estándar de hasta catorce o más dígitos para una
llamada a un número telefónico en otro país.
Además:
- Las direcciones IP no se gastan. Son completamente reciclables, y pueden compartirse.
- Lo que se agotó fue el registro de primer nivel, y NADIE sabe cuantas direcciones IP están todavía disponibles en el resto de los varios niveles antes de llegar a los ususarios finales, ni cuántas están siendo subutilizadas.
- La mayoría de los equipos conectados a Internet (como mi router) no soportan IPv6, así que de nada serviría que los proveedores lo soportaran.
- Son muchas las direcciones IP públicas que están sin uso y pueden recuperarse. Mi proveedor me entrega dos direcciones IP públicas, de las cuales nunca he usado más que una.
- No todo el que tiene asignada una dirección IP pública (que son las que se agotaron) la necesita. La mayoría de los usuarios de Internet no la requieren porque no administran sus propias redes sino que sólo se "conectan". Esas direcciones también son recuperables.
- Existen las direcciones IP privadas, como las que asignan los routers, las cuales no pueden agotarse porque son reutilizables, y existen en bloques que van desde 256 hasta más de 4 mil millones de direcciones. En mi red hay ocho dispositivos conectados a la Internet, todos usan la misma dirección IP pública, y todo funciona perfecto. Cada dispositivo tiene asignada una dirección IP privada.
- De nada le sirve a un proveedor de Internet en particular soportar IPv6. Para que IPv6 funcione, tiene que soportarlo la Internet completa. La Internet una estructura de "tela de araña" pero con organización jerárquica, por lo que un cambio tan pervasivo tiene que ocurrir de arriba hacia abajo; el cambio no puede hacerse de abajo hacia arriba.
- Existen numerosos parches y trucos que los administradores de redes pueden usar para extender el uso de las direcciones IPv4 que administran. Uno sencillo, pero efectivo de aplicar, es asignar direcciones sólo a los equipos conectados y encendidos (parece obvio, pero no siempre se aplica). Otro truco es reducir el tiempo de asignación (leasing) de las direcciones IP que se administran para que haya mayor rotación de las mismas entre los usuarios.
La situación de las empresas de Internet en el mundo en cuanto a sporte de IPv6 es muy parecida, pero no va a ocurrir ninguna crisis. Lo
que va a ocurrir es una transición lenta, de al menos un par de años,
de la cual los usuarios de Internet van a enterarse sólo cuando les
suspendan por unas horas el servicio mientras se hacen
reconfiguraciones en los servidores de su proveedor de Internet.
¿Cuánto
tiempo va durar la transición a IPv6? Nadie lo sabe, en parte porque la
transición no estará completa hasta que los usuarios finales hayan
reemplazado todos los dispositivos de red que poseen por unos
compatibles con el nuevo protocolo.
Mientras
tanto las direcciones IPv4 se harán poco a poco más escasas, haciendo
que las fuerzas económicas eleven sus precios, aparezcan las direcciones
que están siendo desperdiciadas, y el mercado se equilibre de
manera que las direcciones estén disponibles, tal vez a un precio un
poco más elevado. No debemos preocuparnos mucho por la posibilidad de
acaparamiento o especulación, ya que IANA, el organismo regulador (a cargo del Departamento de Comercio de EEUU), tiene plena autoridad sobre la asignación de direcciones IP a todo nivel.
Al
final, lo más probable es que pocos se acuerden de cuándo se agotaron
los números telefónicos de seis dígitos, ni de cómo el mundo siguió
andando mientras ocurría la transición a números más largos. La
transición de IPv4 a IPv6 va a ser algo parecido.
Un
problema mucho más grave y más difícil de solucionar es que cualquier
dispositivo conectado a cualquier red (no sólo a la Internet) debe
poseer un identificador único conocido como Dirección MAC (MAC address), y los MAC no son compartibles ni reciclables, y se están agotando a un rimo acelrado.
Es más complicado porque una solución requiere del concurso de todos
los fabricantes de dispositivos con capacidad de red en el mundo, pero
ya están en curso los planes para una transición a un número mayor de
identificadores, y lo más probable es que pocos nos enteremos
de cuando hayamos participado en el cambio.
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